Adios secundaria, ¡hola verano!

Música recomendada para la entrada: Raphael-Mi gran noche

Jueves 16 de junio:

Por fin había llegado el momento, último día de clase y acto de graduación a las 20:00.
Todos estábamos arreglados y esperando en el gimnasio del instituto a que diese comienzo la ceremonia. Había un murmullo constante, el nerviosismo se notaba en el ambiente. Y yo lo estaba más aún ya que sabía de en pocos minutos me tocaría hablar delante de todo 4º, de algunos profesores y muchas familias. Al mirar a mi alrededor, podía observar decenas de camisas recién planchadas, vestidos preciosos acabados de estrenar, tacones para aparentar más altura y estar "divinas", flequillos engominados, trenzas, rizos y alisados de todo tipo. Todo eso combinado con varios perfumes que colmaban la sala de elegancia en la medida de lo posible.
En mitad de ese bullicio esperaba impaciente, mi turno de palabra. Cuando al fin me llamaron, me levanté de mi asiento, discurso en mano y fingí no estar nervioso (aunque creo que no lo logré del todo). Me acerqué al atril y comencé a hablar. Principalmente me dediqué a leer los papeles que tenía preparados, no por que no me lo supiese, sino para no fallar ni olvidarme de nada. Cada vez que levantaba la vista hacia el público no conseguía ver nada, cegado por la presión que sentía. Al acabar, volví a mi sitio envuelto en el aplauso de mis compañeros (gracias de nuevo) y por fin pude calmarme.
El acto continuó y anunciaron que iban a dar los diplomas a los mejores expedientes académicos del año. Yo no tenía la esperanza de recibirlo pero cuando dijeron que iban a ser 3 por clase pensé que quizás tuviese la posibilidad. Y así fue, tras dar los mejores de 4ºA y 4ºB, llego el turno de mi clase, 4ºC (un curso de letras con las matemáticas de ciencias). Nuestro tutor empezó a nombrar los 3 mejores y ahí estaba yo en segunda posición (felicidades Alicia, has sido una rival muy dura jajaja).
Poco después, todo acabó. Así dejábamos un año más el instituto para disfrutar del verano y esta vez, graduados.
La única diferencia es que yo no regresaré ahí en 3 meses, lo haré en unos 12. Aun no tengo destino y no se exactamente cuando me iré pero lo que tengo de verano lo quiero aprovechar todo lo que pueda.

Aquí os dejo el discurso para quien lo quiera leer cuando le apetezca:

Buenas tardes a todos, soy Alfredo de 4ºC y por decisión de mi clase me toca hablar así que aquí estoy. Me han pedido que hable sobre como empezamos, que haga una especie de memorias... Llamadlo memorias, llamadlo recuerdos porque en realidad da igual. Y hablando de recuerdos:

-Recuerdo mi primer día en el instituto, cuando todos eramos jóvenes e inexpertos (como se suele decir), intentando ser maduros en un lugar que a simple vista nos venía grande. Todos reunidos en el SUM esperando a que el director y la jefa de estudios nos diesen la bienvenida y nos quitasen los nervios en la medida de lo posible. Sin embargo, ¿qué es lo primero que te dicen? Las normas de convivencia y motivos por los que te ponen un parte. ¿Así quién se relaja? Después te separan por clases y esperas que te toque con tus mejores amigos de primaria. Cuando tu clase esta formada, te haces una piña con los que conoces mientras ves a un montón de caras nuevas que poco a poco iras conociendo y algunas de esas caras se convertirán en algunos de tus mejores amigos. Tal vez, mejores que los que tenías antes, lo bueno de esto es que solo los verdaderos amigos continuarán contigo.

Los primeros días te sientes perdido entre tanta gente, tanto pasillo y tanta letra: que si BC2, que si SC8, que si PC3. ¡A mi no me engañan, eso son códigos de barras en vez de clases!

También sentirás que ese no es tu sitio, que quieres volver a la escuela donde todo parecía más fácil. Las personas de bachillerato asustan un poco cuando mides 3 palmos. Pero todo es acostumbrarse, según pasan las semanas te acostumbras a los demás estudiantes, a moverte por el instituto incluso a esa gente tan cruel que se empeña en ponerte un montón de deberes y enseñarte cosas a la fuerza y a las que tú no le ves utilidad. ¿Cómo se llaman? Ah sí, profesores. Ellos ya no tienen esa confianza que transmitían en primaria y el trato con nosotros cambia ¿Por qué os esforzáis en hacernos aprender cosas inútiles? Sintaxis, ecuaciones, los verbos irregulares de inglés... Por favor, que alguien me diga de que le ha servido eso en su vida. Que hable ahora o calle para siempre. No, ahora en serio, volvamos al tema.

Poco a poco dejas de perderte y los demás alumnos dejan de importarte.

-Al final, sin comerlo ni beberlo, 1º pasa sin darnos cuenta y llega 2º. Tras un merecido verano volvemos deseando de encontrarnos con nuestros amigos de nuevo. Aquí ya nos empieza a cambiar la voz, nos empieza a salir el inicio de la barba... y ya no te sientes tan pequeño. Conoces el “barrio donde te mueves” y te sientes como en casa, una casa muy ruidosa y colmada de gente. Se podría decir que en 2º somos una fruta medio madura aunque hay a quien se le mezcla con la edad del pavo. El salto de dificultad no es muy grande así que yo lo considero un curso de transición. Aun así, tienes varios profes nuevos a los que adaptarte a su forma de explicar y de hacer los exámenes pero como ya somos más maduros no hay mucho problema (profesores, no vale reírse).

-3º es el año del cambio total. Los niños infantiles pasan a ser adolescentes con todo lo que eso conlleva y se forma una revolución que descontrola la regularidad de las clases. Nuestros compañeros de Ventas y Zafarraya son ahora los novatos y se tienen que hacer a la idea de madrugar más y de coger el autobús como las personas de los demás pueblos. Según me han chivado algunos, a los cuales les vuelvo a dar las gracias, es un poco duro separarte de tus amigos de siempre y tienen el sentimiento de tener que hacer amigos nuevos forzosamente, pero como consuelo he de decir que eso les pasa a todos. Las clases pasan de ser de veinti pocos a treinta y pico haciendo que los primeros meses sean un poco incontrolables. Pero no os preocupéis, que ahí estará Leticia para calmarnos, aunque sea por la fuerza. Con razón les metían miedo sobre como iba a ser el insti, pero no resultó ser tanto como parecía. (Incluso, algunos se arrepintieron de no haber elegido bilingüe, así que queridos profes, algo estáis haciendo bien). Parece el cambio definitivo en nuestro paso a la madurez aunque a los nuevos les sorprendió que la gente se escapase. ¡Qué inocentes!

-Y por último, llega 4º. Yo desde que entré al instituto me he ido preguntando cada vez que veía a alguien de 4º ¿qué se sentirá al estar ahí y saber que ya se acaba la ESO? Podemos dejar de estudiar si queremos ya que se nos considera personas maduras o podemos continuar si queremos llegar a algo más. Me preguntaba ¿Será muy difícil, te sentirás más responsable? Y ahora que estoy aquí y lo he vivido, la respuesta es No. No piensas que sea el último curso, ni te sientes más maduro, ni es mucho más costoso. Desde que empiezas, ya sabes con que personas estarás durante ese año y los siguientes y con quien no volverás a coincidir en ninguna clase. Cada uno va por su rama, persiguiendo su destino y no te debes dejar llevar simplemente por la amistad. Conocerás a más personas nuevas e inconscientemente le coges cariño a tu clase, aunque ya no sea la misma de siempre. Depende a quien le preguntes, lo consideran el año más fácil o el más difícil de la ESO, curioso ¿verdad? Pero una cosa parece clara: Es un curso fugaz, en el que si cierras los ojos, al abrirlos ya es verano y entonces, una tarde como hoy, te encuentras delante de todo 4º dando tu discurso final, intentando no olvidar nada, (aguantando las lágrimas) y, principalmente, esperando que os guste.

Pero esperad un momento, no puedo acabar esto sin hablar sobre algunas de las personas que nos han acompañado durante estos años: Los Profesores.

Ellos te guiarán desde el principio hasta el final de tu camino en la secundaria. Son una parte fundamental para cualquier persona y muy influyentes en tu experiencia como alumno. Cada clase tiene unos diferentes, así que solo puedo hablar desde mis vivencias y mi opinión.

-En 1º es muy importante quien te de clase, ya que llegamos con un poco de miedo. En general, todos fueron bastante buenos pero hubo uno que me marcó especialmente y no fue otro que Miguel Rojas. Si ya nos asustaban los niños mayores, os podéis imaginar lo que intimida un profesor de ese tamaño. Aunque a veces explique a voces, golpee la mesa haciendo temblar el instituto o se ría de nosotros es muy buen profesor y te abre rápidamente los ojos. Yo he tenido la suerte de que me de clase en 4º también. Un consejo: cuidado con sus exámenes y no recojáis antes de tiempo si apreciáis vuestras mochilas. En resumen, es un tío grande.

-En 2º, tuvimos una asignatura nueva y el profesor no pasó desapercibido. Estoy hablando de Juan Francisco. Este hombre de aspecto serio y tranquilo esconde un espíritu bromista dentro de él que hace más amena la clase y sus buenas explicaciones. Y aunque nos dijese en los exámenes que íbamos a suspender para darnos ánimos y nos pusiese la música de “el exorcista” para relajarnos se lo perdonamos. Como solía decir: “es que él es así”.

-En 3º, en mitad de esta revolución de hormonas y gente nueva, llegó Leticia para calmarnos Sí o Sí. La primera impresión no fue muy buena, todo hay que decirlo, pero mejoró mucho con el tiempo. No hace falta decirle que explica muy bien porque ya se lo dice a si misma. Al fin y al cabo, es alguien con la que más confianza tendrás aunque quiera que le hables de usted. Eso sí, no seáis “hierveculos”.

-En este mismo curso, nuestra profesora de lengua consecutiva durante 3 años, María José Ortuño pasó a ser nuestra tutora oficial, puesto que en cursos anteriores, sin serlo, hacía las mismas funciones cada vez que se nos ocurría una duda. Le agradezco todo lo que se de sintaxis y por habernos aguantado en esa mala edad del pavo. Siento que has sido mi madre en el instituto.

-Y si ella fue como mi madre, mi tutor actual, Manuel Arrellano, ha sido como mi padre. Este profesor no aparenta ser tan bromista como lo es en realidad. Tal vez nos haya tenido algo consentidos pero ha sabido pararnos cuando nos hacía falta. Sus años de experiencia confirman su profesionalidad. Siempre es agradable tener una extensa conversación con él en las horas de tutoría. En definitiva, no puedo decir nada malo sobre este gran hombre.

Pido perdón a los demás que me no he mencionado, pero como comprenderéis no quería extenderme demasiado.

Parece mentira que ya hayan pasado 4 años, que ya haya acabado este curso y que sea hora de decir adiós.

Parece mentira que gracias a este instituto, a sus profesores y como no, a mis compañeros; me vaya a estudiar a Estados Unidos durante el próximo año. 


Aun no me hago a la idea de dejar Alhama, ni a mi familia. Porque algunos no solo sois compañeros, no solo amigos, algunos ya sois parte de mi familia. Cada vez que lo pienso, intento no venirme abajo agarrándome a la esperanza de volver en 2º. Ni con el Atlántico entre nosotros os olvidaré el próximo año.

Solo me queda decir gracias. Gracias a mi 1º y 2ºB, a mi 3ºA y a mi actual 4ºC, pero sobre todo muchas gracias por escucharme y que disfrutéis de lo que queda de día.



Nada más que decir por hoy, nos vemos pronto en nuevas entradas.
Un saludo,
Freddy.

   

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